sábado, 1 de septiembre de 2012

Reflexiones intrínsecas en un par de párrafos derroteros

Porque... ¿Alguna vez te dijeron que no sos una revelación inusual? Sino más bien lo común, lo inequívoco, la nada.

Creer que esto es un juego. Que no hay fallas. Que esto está planeado, que hay destino. La gente no aclara los conceptos y juega el juego sin saber bien que es ni donde está. 

Algunos fallan y otros la pasan bomba.

Yo por mi parte trato de incurrir en esto: Saber las reglas del juego, para disfrutarlo un poco  más, y no que quiera sonar neurótica, pero me es inevitable pensar sobre los aspectos más indisolubles de la vida, y no siempre doy con una respuesta decente. Hasta ahora estas han de ser las tristes definiciones:

El destino: No hay predeterminación ni predestinación. Somos cabos sueltos, polvo en el nido, viento en el suelo. Esto es lo que hay. Tan solo hay que intentar disfrutarlo sin lastimar  a otros. Sin temer a perder. Sin ganas ni apuro (pero tampoco desden) de que venga la muerte

La muerte. No es un misterio. No es un resguardo. No es un respiro, es más bien el cese de ello. Es el fin para que otros comiencen. Un ciclo natural, un descanso social, un manotazo nihilista. No hay nada después de ello. Por más mitos y leyendas que la acompañen, la muerte siempre será una cosa tan horrible como necesaria. Algo totalmente carente de explicación, y sentido para el individuo.

La gente…¡La gente! ¿Por qué nos hacen creer que somos unos diferentes a otros? Aún cuando muchos son diferentes, componen un grupo de seres diferentes, siendo así comunes. Esto a la gente le da un tanto de rencor. ¿Por qué me dijeron que era único y diferente? Quizás a nivel ADN. Pero fuera de esas pequeñas proteínas, sos tan humano como cualquier otro. Tu condición te condena.

El miedo, la vergüenza: El temer por lo que los otros piensen. Reacción tan absurda e innecesaria como frecuente. Es necesario tener una escala de valor constituida para enfrentar los juicios, y en caso de ser fundados y coincidentes, tomarlos y corregir la propia persona. Si soy algo que no soy, lo que piense la gente de mi, no me pertenece. Los juicios no son para mi, los valores tampoco y mi ser no mejora.

¿Qué es mejorar? Es intentar averiguarlo todos y cada uno de los días mediante acciones prácticas.

¿Por qué solo me desapegan y activan acciones fuera de la rutina? Solo los momentos de gran segregación hormonal me elevan, activan y me concientizan. Activar la conciencia. Incluso cuando somos concientes de que ello es necesario, es tan difícil que el 80% de nuestra vida nos la pasamos viviendo sin saber que estamos viviendo, o que en su defecto, estamos muriendo. Las cosas soeces invaden nuestra rutina estúpida. Y lo peor de todos es que me doy cuenta de todas estas cosas y todavía no se bien como evitarlas.

Diagnosticar y no actuar. Pensar y no actuar. Ser y no actuar...

Intento diagnosticar y pensar entonces que carajo somos si no actuamos. 

Tampoco soy nada

Mejor me voy a hacer algo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario