lunes, 20 de abril de 2015

Develaciones



La soledad no es solemne
Es una suciedad tibia
Desasosiego manso
Una estabilidad inerte y explosiva
Filosa y diáfana, punzante.

La soledad no me es ajena
No me es distante.
Es una rutinaria pregunta
Perderse entre varios
Y ver entre la gente lasciva
El desdén, la multitud, el bullicio
Escuchar el murmuro en el grito
El desgarro que ríe y corta
Las crines de un caballo muerto
El verse puesto en tanto gentío
Como una lágrima en un río manso

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