La soledad no es solemne
Es una suciedad tibia
Desasosiego manso
Una estabilidad inerte
y explosiva
Filosa y diáfana,
punzante.
La soledad no me es
ajena
No me es distante.
Es una rutinaria
pregunta
Perderse entre varios
Y ver entre la gente
lasciva
El desdén, la multitud,
el bullicio
Escuchar el murmuro en
el grito
El desgarro que ríe y
corta
Las crines de un
caballo muerto
El verse puesto en
tanto gentío
Como una lágrima en un
río manso
No hay comentarios:
Publicar un comentario