viernes, 11 de diciembre de 2015

FRUTAS



Salir a caminar y sentir pulsar los autos en el pavimento. Como los pájaros atestiguan la mañana y mi corazón que late por estar viva. Por primera vez en mucho tiempo me siento existir en este cuerpo. En este guante que envuelve otros tantos guantes y soy porque existo y hoy me creo capaz de pilotearme por el tráfico matutino sin caer en demasiados baches.

Me siento en mi con todos mis ciclos, mis tiempos, mis, esperas, mis dudas. Soy como una planta que nace y muere infinitamente entre sus hojas y las flores que esplendorosamente se suceden hasta dar la nada o frutos, frutos que dan semillas, frutos que se secan y se pierden en la tierra o se pudren. Soy mis esperas soy mis ciclos. Soy la paciencia que no me colma pero que persigo atentamente desde haber probado sus virtudes.

Cada cuadra es un desafío recorrido, ya que voy pisando el futuro voy rozándole el rabo mientras voy abandonando pasado, quemando presente temblando el aire con mi respiración pausada y aprendiendo que es difícil lograr mantener el control cuando se sabe que no se tienen el control de casi nada y aquellas cosas que uno controla, las controla a veces. la vida no esta compuesta de constantes momentos de protagonismo hollywoodense. Es saber respetar los ciclos del aburrimiento, de la pereza, de la tristeza, tanto como los de la productividad y la alegría. Asombrarse ante lo que la cultura no espera que te asombres. En las sombras, en la oscuridad, se gesta el nuevo ciclo de luz.

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